La necesidad de energía se presenta desde el comienzo de la vida misma, ya que, para crecer y reproducirse, un organismo precisa de energía, así como el movimiento de cualquier animal supone un gasto energético, e incluso el mismo hecho de la respiración de plantas y animales implica una acción energética. En todo lo relacionado con la vida individual o social está presente la energía. Por otro lado, la obtención de luz y calor está vinculada a la producción y al consumo de energía. Ambos términos son imprescindibles para la supervivencia de la tierra y consecuentemente de la vida vegetal, animal y humana.
El ser humano desde sus primeros pasos en la tierra, y a lo largo de la historia, ha sido un buscador de formas de generación de esa energía necesaria y facilitadora de una vida más agradable. Gracias al uso y conocimiento de las formas de energía ha sido capaz de cubrir necesidades básicas: luz, calor, movimiento, fuerza, y alcanzar mayor confort para tener una vida más cómoda y saludable.
La energía se encuentra almacenada en diversas formas en la naturaleza: en masas de agua, direcciones de viento, bosques, e incluso el sol, formas que son susceptibles de ser transformadas en la forma de energía precisa en cada momento (luz, calor , fuerza, electricidad), e incluso se podrían adoptar nuevos sistemas de producción y almacenamiento de energía para ser utilizada en el lugar y momento deseado: energía química, hidráulica, o nuclear.
Sin embargo, junto a este descubrimiento de almacenes naturales, se ha producido una modificación del entorno y un agotamiento de los recursos del ambiente. Así, el uso de la energía ha acarreado un efecto secundario de desertización, erosión y contaminación principalmente, que ha propiciado la actual problemática medioambiental y el riesgo potencial de acrecentar la misma con los desechos y residuos de algunas de las formas de obtención de energía.
La energía se encuentra almacenada en diversas formas en la naturaleza: en masas de agua, direcciones de viento, bosques, e incluso el sol, formas que son susceptibles de ser transformadas en la forma de energía precisa en cada momento (luz, calor , fuerza, electricidad), e incluso se podrían adoptar nuevos sistemas de producción y almacenamiento de energía para ser utilizada en el lugar y momento deseado: energía química, hidráulica, o nuclear.
Sin embargo, junto a este descubrimiento de almacenes naturales, se ha producido una modificación del entorno y un agotamiento de los recursos del ambiente. Así, el uso de la energía ha acarreado un efecto secundario de desertización, erosión y contaminación principalmente, que ha propiciado la actual problemática medioambiental y el riesgo potencial de acrecentar la misma con los desechos y residuos de algunas de las formas de obtención de energía.
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